El
aula de Tecnología, dentro de la institución escolar, es una estructura nueva
cuya función principal se centra en generar un espacio para el desarrollo de
experiencias centradas en los productos y en los proyectos tecnológicos; es el
soporte estructural del aprendizaje y el entorno de trabajo que facilita cada
experiencia.
Aunque
a veces no somos lo suficientemente conscientes de la importancia que esto tiene,
la configuración del aula tiene un rol central en la actividad del docente y en
el aprendizaje de los alumnos. Como
hemos señalado, Tecnología no se aprende solamente con la tiza y el pizarrón,
por lo que el diseño y organización de este sitio tienen una importancia
fundamental.
Según
la infraestructura aconsejada por la mayor parte de los especialistas y las organizaciones
internacionales que asesoran acerca de Educación Tecnológica, el aula debe
contar con una superficie aproximada de 100 m2, para trabajar con -a lo sumo-
treinta alumnos por sección, distribuidos en mesas-estación de trabajo con no
más de cinco cada una.
Este
tipo de especificaciones obedece no solamente a razones de tipo didáctico, sino
que además se fundamentan en parámetros de operatividad técnica y de seguridad.
Otro criterio
general a contemplar en este sentido es la relación docente-alumno óptima para
el aula tecnológica, que no tendría que ser superior a los quince alumnos por
docente
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